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31/01/2022

La puesta en marcha de instalaciones en remoto continuará tras la pandemia de Covid-19



La pandemia de Covid-19 ha tenido enormes efectos en las economías de todo el mundo, incluida la reducción de la producción de materias primas, la limitación de la disponibilidad de la mano de obra, la supresión de la demanda de muchos productos y servicios y la menor capacidad de viajar. Las empresas se han adaptado a estos retos de muchas maneras, cambiando los procedimientos de trabajo, almacenando mercancías y trabajando de forma remota, cuando ha sido posible.
 


En muchos casos, trabajar de forma remota es sencillo, si se dispone de buenos sistemas de comunicación en línea y acceso a la tecnología necesaria. Para muchos trabajadores de oficina es tan fácil completar su trabajo desde casa (siempre que se puedan minimizar las distracciones domésticas), como desde sus escritorios.
 
Las restricciones a los viajes en todo el mundo también han aumentado el uso del trabajo remoto por parte de empresas internacionales. Si bien la celebración de reuniones en línea puede ser más conveniente y mejor para el medio ambiente que volar al otro lado del planeta para una conferencia de medio día, hay algunas tareas que, según la experiencia común, sólo pueden llevarse a cabo con éxito con presencialidad.
 
Hasta hace poco, varias fases de producción e instalación de equipos de fabricación habrían caído firmemente en esta categoría. Los clientes habrían viajado a las instalaciones del fabricante para llevar a cabo las pruebas de aceptación de fábrica (FAT) cuando se iniciaron los nuevos proyectos, y el personal de ingeniería del fabricante visitaría al cliente para ayudar con la instalación final y la puesta en marcha del equipo terminado. Durante los últimos dos años, el Covid-19 ha hecho que muchos de estos viajes fueran imposibles o más difíciles de realizar.
 
Una vez más, la tecnología ha venido al rescate, con métricas remotas y conexiones a equipos que permiten al propio personal del fabricante del equipo ayudar a los ingenieros locales en el sitio con la conexión, instalación y puesta en servicio de nuevos equipos. Durante los últimos dos años, HRS Heat Exchangers ha utilizado este enfoque a nivel nacional e internacional para ayudar con la instalación de una amplia gama de sistemas.
 
 
 
 
La FAT ayuda a verificar que el equipo ya fabricado y listo para su envío cumpla con su propósito, validando su funcionamiento y asegurando que cumpla las especificaciones y requisitos de la orden de compra del cliente.
 
Más adelante en el proceso de suministro, la puesta en marcha se puede definir como un proceso sistemático de verificación de que todos los equipos e instalaciones funcionan de manera interactiva, según su diseño y acorde con las necesidades operativas del cliente, incluida la preparación (y capacitación) del personal operativo. Este proceso suele realizarse entre la fase de diseño y hasta un año después de la instalación.
 
Gracias a la telemetría remota, los ingenieros y técnicos pueden realizar una inspección virtual de los equipos y comprobar qué funciona y qué no, incluida la búsqueda e identificación de "fallos". Estas soluciones digitales ayudan a reducir la cantidad de personal desplazado, así como la duración de las pruebas, y se puede aplicar tanto a FAT como a la puesta en servicio final.
 
 



Puesta en marcha remota

 
La puesta en marcha remota se está convirtiendo en uno de los aspectos más visibles de la Industria 4.0 y del Internet de las Cosas (IoT). Aunque cada caso es diferente, hay una serie de etapas que son comunes a la mayoría de los procesos de puesta en servicio remota, incluida la verificación de que la planta o el equipo se ha instalado de acuerdo con los planos y diagramas de tuberías e instrumentación.
 
También es probable que haya una etapa previa a la puesta en marcha que incluya la verificación sistemática de las conexiones, el cableado y las interfaces hombre-máquina (HMI), así como la instalación y actualización de componentes de software, limpieza y lavado de equipos, etc.
 
El proceso de puesta en marcha remota real consta de varios pasos, y está asistido por el monitoreo remoto y la telemetría del equipo, mediante una conexión Ethernet o una SIM de datos integrada, lo que permite que el software del sistema se ajuste según sea necesario, mientras el equipo está en funcionamiento.
 
 
 
 
Además, se pueden discutir otros parámetros y ajustes físicos durante las reuniones en línea, facilitadas por los sistemas de conferencias y otras formas de comunicación, como WhatsApp. Hasta la fecha, HRS ha llevado a cabo una serie de proyectos exitosos que han demostrado la eficacia de este enfoque.
 
Un aspecto práctico que debe tenerse en cuenta cuando se opera a nivel internacional es la diferencia horaria entre el equipo de ingeniería en la planta y el fabricante de los equipos, y superar esto presenta algunos retos logísticos y costes adicionales.
 
Sin embargo, ninguno de estos problemas es insuperable. Cuando se comparan los cargos adicionales por horas extraordinarias fuera de horario, con los costes de viaje y alojamiento, normalmente se consigue un ahorro, sin mencionar la considerable reducción de las emisiones de carbono y el tiempo improductivo que se dedica a viajar.
 
Estos beneficios son, sin duda, uno de los impulsores que garantizarán que la puesta en funcionamiento remota se siga llevando a cabo en el futuro, independientemente de que nuestra capacidad para viajar esté limitada o no por la pandemia de Covid-19 u otros factores imprevistos.
 
 
 

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