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Un estudio de la UB identifica los restos de césped artificial como fuente importante de contaminación del medio acuático


15/10/2023

I+D+i
Un estudio de la UB identifica los restos de césped artificial como fuente importante de contaminación del medio acuático
 
  • En la Unión Europea se instalan cada año entre 1.200 y 1.400 campos deportivos de césped artificial, material que simula el césped natural mediante el uso de fibras sintéticas, principalmente de plástico
 
Ahora, un estudio del Grupo de Investigación Consolidado en Geociencias Marinas de la Facultad de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Barcelona, ha caracterizado y cuantificado, por primera vez, la presencia de restos de césped artificial en muestras recogidas en aguas superficiales de la costa catalana y de la desembocadura del río Guadalquivir
 
Los resultados muestran cantidades importantes de plástico con origen en el césped artificial: llegan a suponer el 15% de los plásticos de más de 5 milímetros de longitud que flotan en el medio acuático.
 
 
 
 
«Las fibras de plástico que hemos encontrado son principalmente de polietileno y polipropileno, que coincide con las tendencias actuales de producción mundial de césped artificial y que normalmente se encuentran flotando en el medio acuático. Hemos encontrado fibras especialmente en zonas cercanas a la costa de grandes ciudades como Barcelona», explica William P. de Haan, investigador de la UB y primer autor del artículo.

Según los investigadores, la investigación resalta que «las fibras de césped artificial son una fuente importante de plásticos en el medio acuático y proporciona una guía detallada para poder identificarlos en futuros estudios, con el objetivo de conocer mejor su distribución y impactos específicos que puedan tener sobre el medio ambiente».

En el trabajo, publicado en la revista Environmental Pollution , también han participado los investigadores de la UB Miquel Canals, Oriol Uviedo y Anna Sanchez-Vidal, coordinadora del estudio. Asimismo, lo firman Rocío Quintana y Andrés Cózar, de la Universidad de Cádiz, y César Vilas, del Instituto Andaluz de Investigación y Formación Agraria, Pesquera, Alimentaria y de la Producción Ecológica (IFAPA).
 
Los investigadores han analizado muestras recogidas en la superficie del mar de la costa catalana y del río Guadalquivir.
 

Restos de césped artificial en la mayoría de muestras marinas


Los investigadores analizaron 217 muestras de agua recogidas en la costa de Barcelona y 200 del río Guadalquivir, y encontraron fibras de césped artificial en la mayor parte de las muestras recogidas en el mar (62 %) y en una proporción importante de las obtenidas en el río (37 %). Las concentraciones encontradas son, de media, 50 veces más altas en la superficie del mar que en las aguas fluviales. Se alcanza concentraciones superiores a 200.000 fibras por km2 en la superficie marina y hasta 20.000 fibras al día en aguas fluviales.

Estas diferencias podrían deberse, según los investigadores, a una menor retención de plásticos en los ríos —especialmente durante las lluvias estacionales— ya la acumulación, a largo plazo, de las fibras de césped artificial en la superficie marina de la zona costera, donde los plásticos liberados años o décadas atrás quedan retenidos antes de llegar al océano abierto.

Los investigadores también subrayan que, aunque los resultados se han obtenido en unas zonas geográficas concretas, «es esperable que otras ciudades también aporten fibras de césped artificial, pero la cantidad que se libera en el medio ambiente depende de muchos factores, como ahora la tipología, el uso y la antigüedad de los campos o superficies de césped artificial, la superficie total instalada y las medidas de prevención implantadas».


Una guía para identificar este material en el medio acuático


Ante estos resultados, los investigadores se muestran «sorprendidos de la ubicuidad de este tipo de contaminación y que al mismo tiempo haya pasado desapercibida en estudios que cuantifican y caracterizan a los plásticos en el medio acuático». En este sentido, señalan que, en estudios previos, las fibras de césped artificial "podrían haberse confundido con restos vegetales o con filamentos de pesca".

Para mejorar la clasificación de este material, toda la información obtenida en la investigación se ha recopilado en una web que sirve como guía sencilla para identificar césped artificial en el medio acuático, ya que muestra ejemplos de sus características (colores, materiales, formas, etc.) de los restos encontrados durante la investigación. 


Grave impacto ambiental


Las repercusiones ambientales detectadas en esta investigación son, para los investigadores, «múltiplos y muy graves», ya que amplifican aún más el impacto de este material en el medio ambiente. «Nuestro estudio ha servido para determinar que, aparte de reducir la biodiversidad urbana, reducir la escorrentía, sobrecalentarse (hasta 50 ºC más que superficies naturales) y contener una gran cantidad de compuestos químicos perjudiciales que le dan durabilidad, las superficies de césped artificial liberan fragmentos de plástico en el medio acuático», explica Anna Sanchez-Vidal.

Estos plásticos los ingieren los animales acuáticos y provocan "el bloqueo de vías intestinales y la disminución de tasas de crecimiento y reproducción, entre otros problemas importantes", recuerda la investigadora.


Impulso de medidas políticas


Ante esta situación, Anna Sanchez-Vidal subraya la importancia de tomar medidas políticas y gestión. «Si se quiere acabar con la contaminación por plástico de los océanos (en poco más de un año, las Naciones Unidas deben aprobar el acuerdo global y vinculante que debe permitir acabar con la contaminación por plástico en el 2040), es necesario actuar a todos los niveles, empezando por repensar la instalación de estas superficies de plástico verde en superficies públicas, como patios de escuela o campos deportivos, y privadas, como festivales de música, gimnasios, jardines particulares o terrazas», subraya.


Evaluando la contaminación en la costa de Barcelona desde 2014


Esta investigación se ha desarrollado en el marco de los proyectos TRACE, financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación y la Unión Europea, y Surfing for Science . En este proyecto de ciencia ciudadana, financiado por la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT), grupos de voluntarios llevan a cabo el muestreo mediante una red especial que se engancha en tablas de surf de remo o embarcaciones similares.

Desde 2014, el Grupo de Investigación en Geociencias Marinas analiza de forma recurrente muestras de microplásticos —plásticos de menos de 5 milímetros— que flotan en la costa catalana. «Esta serie temporal de casi una década es la que debe servirnos para determinar, por ejemplo, si el aumento en la producción global de plástico (estos últimos años ha aumentado cerca de unos diez millones de toneladas al año) se evidencia en un aumento de la concentración de plástico flotante cerca de la costa», concluyen los investigadores.
 

Fuente web.ub.edu


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