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Regulación de olores y control en producción: Claves para una empresa sostenible y responsable con su entorno


13/01/2025

Gestión de olores
Regulación de olores y control en producción: Claves para una empresa sostenible y responsable con su entorno

 

  • NasApp monitorea, gestiona y predice en tiempo real episodios de malos olores combinando ciencia, inteligencia artificial y tecnología avanzada
 
Durante el mes de noviembre de 2024, desde NasApp® tuvimos la oportunidad de participar en el Congreso Odora’24.
 
Tras dos días de conferencias, os dejamos un breve artículo sobre nuestras reflexiones:
 
  • La importancia de la regulación de olores y el compromiso de las empresas con el medio ambiente.
  • El control de olores en los procesos de producción: Un paso hacia la sostenibilidad.
  • Un compromiso con los ODS y la agenda de sostenibilidad europea.
 

La importancia de la regulación de olores y el compromiso de las empresas con el medio ambiente

 
En el ámbito de la gestión ambiental, la regulación en materia de olores es tan esencial como la normativa sobre ruidos. Los episodios de olor derivados de actividades industriales, agrícolas, de gestión de residuos entre otras, no solo representan una molestia, sino que también afectan el bienestar físico y emocional de quienes viven cerca de estas actividades. La exposición continua a malos olores se ha relacionado con síntomas como estrés, dolores de cabeza e insomnio, generando un entorno que puede perjudicar considerablemente la calidad de vida de las personas. Frente a esta problemática, una regulación específica sobre olores podría marcar la diferencia en la mejora de la calidad del aire y del entorno en general, asegurando un espacio más saludable y confortable para las comunidades.
 
Además, contar con normativas en esta materia es crucial para promover la sostenibilidad ambiental. Las emisiones de compuestos que generan olores suelen estar relacionadas con la liberación de ciertas sustancias, como los compuestos orgánicos volátiles (COV), que contribuyen al cambio climático y pueden afectar la calidad del aire. Así como las normativas de ruido ayudan a proteger a las personas de la contaminación acústica, una regulación sobre olores permitiría mejorar la calidad del aire, favoreciendo una convivencia armoniosa entre las actividades industriales y las áreas residenciales. Por lo tanto, la incorporación de estas normativas es clave no solo para la calidad de vida de las personas, sino también para el cuidado del planeta.
 
Integrar la regulación de olores dentro de los objetivos de sostenibilidad y de las políticas de calidad del aire es, además, un paso esencial hacia un desarrollo que respete tanto el medio ambiente como a la sociedad. Esta regulación no solo protege a las comunidades, sino que también impulsa a las empresas a adoptar prácticas sostenibles, comprometiéndose con la creación de una economía que priorice el bienestar social y la conservación del entorno. En este sentido, la adopción de estas prácticas también permite a las empresas mostrar un compromiso activo con la sostenibilidad, mejorando su imagen corporativa y acercándose a un modelo de desarrollo sostenible que beneficie tanto al negocio como al medio ambiente.
 

El control de olores en los procesos de producción: Un paso hacia la sostenibilidad

 
Cada vez son más las empresas que implementan sistemas de control de olores en los procesos productivos, para reducir el impacto ambiental y mejorar la eficiencia interna de los procesos. Las emisiones odoríferas afectan no solo el entorno inmediato, sino también la percepción pública y la reputación de la empresa dentro de su comunidad. Esta incorporación de tecnologías avanzadas y establecer procesos de monitoreo adecuados para controlar estos episodios de olor permite a las empresas minimizar sus efectos negativos y establecer una relación más armónica con la comunidad en la que operan. A través de un control eficiente, las empresas pueden demostrar que están comprometidas con la mejora del entorno en el que se encuentran, respondiendo a las expectativas de sostenibilidad de las comunidades actuales.
 
Este control de los episodios de olor no solo beneficia a los vecinos, sino también a los empleados que trabajan en las instalaciones de la empresa. Al reducir los episodios de olor, se crean condiciones de trabajo más saludables, que a su vez repercuten en una mayor motivación y satisfacción laboral. La mejora en la calidad del aire no solo reduce las molestias, sino que también proyecta a la empresa como un buen vecino, comprometido con el bienestar de su entorno. Esta inversión en el control de olores es, en última instancia, una inversión en el bienestar de todas las personas relacionadas con la empresa, mejorando tanto el ambiente laboral como la percepción pública.
 


Un compromiso con los ODS y la agenda de sostenibilidad europea

 
Este enfoque también está alineado con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU y la agenda de sostenibilidad de la Unión Europea, que promueven prácticas industriales respetuosas con el medio ambiente y la salud pública. Las empresas que integran sistemas de control de olores en sus operaciones avanzan directamente en el cumplimiento de los ODS, como el ODS 3 (salud y bienestar) y el ODS 11 (ciudades y comunidades sostenibles), consolidándose como líderes responsables en su sector. Este tipo de compromisos no solo ayuda a las empresas a adaptarse a un mercado cada vez más consciente de la sostenibilidad, sino que también impulsa su competitividad a través de la mejora de su reputación y la construcción de una relación de confianza con sus partes interesadas.
 
De esta manera, las empresas pueden transformar sus procesos internos y desarrollar un modelo de negocio que responda tanto a las demandas de sostenibilidad como a las necesidades de su comunidad. Con la implementación de regulaciones sobre olores y el compromiso de controlar las emisiones, las empresas pueden contribuir significativamente a un entorno más saludable y un futuro más sostenible.
 
En NasApp creemos que la regulación de olores es un pilar esencial para promover la sostenibilidad y la calidad de vida. Con sistemas de control, las empresas mejoran sus procesos de producción, fortalecen su competitividad, y construyen una relación de confianza con la comunidad, respondiendo a un mercado cada vez más consciente de la sostenibilidad.
 
Para lograr estos objetivos, es importante combinar metodologías de estudio en inmisión y en emisión. El estudio en inmisión permite evaluar cómo los olores afectan al entorno y a la percepción de la comunidad, ayudando a identificar áreas que necesitan una respuesta rápida y efectiva. Por otro lado, el análisis en emisión se centra en las fuentes de olor, permitiendo a las empresas detectar y reducir las emisiones en el origen. Esta combinación asegura un control integral, permitiendo a las empresas cumplir con normativas ambientales actuales y anticiparse a futuras regulaciones, mientras refuerzan su compromiso con el bienestar y la sostenibilidad.

 
 

Fuente nasapp.org


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