Las obras de la nueva instalación fueron adjudicadas por parte de NILSA -empresa pública adscrita al Departamento de Cohesión Territorial del Gobierno de Navarra- a Construcciones Boreste el pasado marzo por valor de 264.500 euros.

 

El inicio de las obras está previsto para junio y su duración aproximada será de seis meses. El proyecto prevé un sistema más completo y garantizará un tratamiento del agua residual más efectivo.

 

 

La depuradora tratará un caudal medio de 0,40 litros por segundo (34 m³ diarios), pudiendo llegar a un máximo de 2,77 litros por segundo en circunstancias absolutamente excepcionales, ya que el denominado caudal punta (registrado en episodios de fuertes tormentas, trombas o avenidas de agua) se calcula en 0,95 litros por segundo.
 
El proyecto comprende la modificación del tramo final de los emisarios de entrada, la ejecución de un tramo nuevo de emisario de vertido (el que lleva el agua depurada hasta el río Ega), la construcción de tres pozos y la propia depuradora.

 

La solución adoptada para la depuración es un sistema de lecho bacteriano con decantación primaria y secundaria, que contará con un humedal final como garantía de tercera etapa en la limpieza del agua. Este humedal tendrá una superficie de 115,50 metros cuadrados y una profundidad de 80 centímetros.
 
La urbanización de la planta, dividida en dos zonas, comprenderá la pavimentación, el cerramiento, la revegetación y la instalación de una red de agua potable, que se traerá desde la localidad a través de una tubería paralela al emisario Este. Dentro de la planta se instalarán bocas de riego para labores de jardinería y limpieza, así como un grifo en una mesa de lavado con pileta de acero inoxidable para aseo del personal.
 
La instalación no contempla elementos electromecánicos, por lo que su consumo energético es nulo y la posibilidad de averías se reduce considerablemente.

 

La supervisión del buen estado se establecerá por parte del personal de NILSA, que visitará la instalación dos veces al mes para comprobar que no haya atascos, que los niveles de fangos y flotantes acumulados son correctos, y que no se han producido vertidos ajenos al funcionamiento normal. Además, se tomarán muestras del agua semestralmente para comprobar su calidad y el cumplimiento de la correspondiente autorización de vertido.
 
Cabredo es una obra encargada a NILSA, ya que el trabajo colaborativo entre la empresa pública del Gobierno de Navarra y las entidades locales –mancomunidades, ayuntamientos y concejos– ha sido una constante en los treinta años de andadura del Plan Director de Saneamiento de los Ríos de Navarra, plan para cuyo cumplimiento precisamente se creó la empresa como ente instrumental. Esto ha permitido que toda Navarra cuente con el mismo sistema de depuración, la misma tasa –el canon de saneamiento que todos los contribuyentes pagan a través del recibo del agua–  y un gestión única, homogénea y no discriminatoria por motivos geográficos, de densidad de población, de capacidad técnica o económica, ni ningún otro.
 

 

En la actualidad NILSA trabaja para que los 11.000 habitantes que todavía disponen solo de fosas sépticas cuenten con proyectos de saneamiento más completos, con dos fases de decantación y filtro biológico. Se trata de proyectos que están contemplados en el plan estratégico de la entidad hasta 2021 y que permitirán cumplir el objetivo establecido en el Plan Director del Ciclo Integral de Agua de Uso Urbano de que todas las poblaciones de más de 100 habitantes tendrán depuración completa en 2024, si bien el avance es lento porque requieren grandes inversiones, su planificación se establece en varios ejercicios y conllevan especificidades (orográficas, de tratamiento, etc.) complejas.