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Más de 500 mil latinoamericanos dependen del mar como fuente de agua potable


11/06/2024

Celebraciones
Más de 500 mil latinoamericanos dependen del mar como fuente de agua potable

 

  • El lema de este Día Mundial de los Océanos es “despertar nuevas profundidades” y la Asociación Latinoamericana de Desalación y Reúso de Agua, ALADYR, llama a despertar ante las más de 14 millones de toneladas de plástico que yacen en el lecho marino cuya principal fuente son las aguas residuales. También rinden homenaje a quienes potabilizan el agua de mar
 
Hace 375 millones de años nuestros antepasados vertebrados salían del océano para colonizar la tierra. Por milenios fuimos una especie temerosa y en peligro de extinción hasta que hace poco más de 10 mil años inventamos la agricultura. Desde ahí no pasó mucho para que nos organizásemos en sociedades complejas y grandes civilizaciones. El humano ganó calidad y expectativa de vida pero con ello desarrolló infinidad de necesidades para las que se necesita una indeterminada cantidad de agua que el ciclo natural ya no puede suministrar. Nos toca evolucionar nuevamente y volver al mar.
 
El Homo sapiens vio caer civilizaciones e imperios a causa de las sequías pero ahora encuentra en el reciclaje de agua y la desalinización de agua mar, las herramientas para sobreponerse a las variabilidades meteorológicas y los cambios climáticos que arrasaron con culturas enteras.
 
Hoy se celebra el Día Mundial de los Océanos bajo el lema “Despertar nuevas profundidades” y la Asociación Latinoamericana de Desalación y Reúso de Agua, ALADYR, aprovecha la oportunidad para rendir homenaje a todas aquellas personas, empresas y organizaciones que hacen posible aumentar la disponibilidad de agua mediante una extracción respetuosa del mar.
 
ALADYR relaciona números que cobran especial importancia: la capacidad instalada de desalación de agua de mar de América Latina es de alrededor de 2 millones 500 mil metros cúbicos diarios. En su gran mayoría se usa para la industria pero hoy es posible decir que más de 500 mil latinoamericanos tienen al océano como fuente de agua potable.
 
Otro número a destacar es que hay más 14 millones de toneladas de microplásticos en el fondo marino a nivel global. “Esta es la nueva profundidad a la que debemos despertar” opinan desde ALADYR. Existen diversos estudios que identifican a las fibras sintéticas de la ropa, que se liberan en los efluentes domésticos, como una de las principales fuentes de microplásticos en los océanos.
 
Para este problema que atenta contra todo tipo de vida marina y terrestre, la Asociación señala que el reúso o reciclaje de aguas residuales como una solución ineludible. “Debemos dejar de verter agua residual, así sea tratada, al mar. Al agua residual debemos tratarla como un recurso que puede ser regenerada para la industria, el riego e incluso ser potabilizada” agregaron.
 
Según el Banco Mundial, América Latina y el Caribe descargan más del 70% de sus efluentes sin tratar, lo que eventualmente va a parar al mar y a acumularse lecho marino. “Podemos tomar esta gran falencia y convertirla en una fortaleza aumentando la capacidad instalada de reúso, lo que trae mejor calidad de vida, crédito ambiental y progreso económico” explicaron.
 
 
 

Casos de éxito

 
Al norte de Chile, en el desierto de Atacama, el más árido del mundo, se erige un enclave urbano de más de 24 mil habitantes que dependen enteramente de la desalinización para sus necesidades potables y sanitarias.
 
La planta de Aguas Antofagasta capta el agua a 660 metros mar adentro y 25 metros de profundidad a través de una torre dotada con los mecanismos para no arrastrar vida marina. Luego de que el agua captada es potabilizada por tecnología de ósmosis inversa, el remanente del filtrado llamado salmuera -que no es más que agua de mar con el doble de sal- se devuelve al mar con dispositivos difusores para asegurar su difusión antes de llegar al lecho marino. Todo este proceso está bajo el mayor escrutinio ambiental posible y nunca ha registrado alteraciones al medio ambiente.
 
La ósmosis inversa es una tecnología de membranas que ha demostrado ser eficiente energéticamente y respetuosa con el medio ambiente. Ha evolucionado a costos capaces de permitirnos usarla para riego y sumar al mar como un aliado para detener el avance del desierto sobre las fronteras cultivables.
 
El reúso directo – sin descargar a lagos o ríos- de aguas residuales encuentra su mayor exponente latinoamericano en Aquapolo Ambiental en la ciudad de San Pablo, Brasil. Esta planta, cuyo corazón también es la ósmosis inversa, tiene una capacidad de mil litros por segundo de agua de altísima calidad para uso industrial. Si las normativas y la aceptación social se lo permitieran, estas instalaciones podrían abastecer de agua potable a una ciudad de 500 mil habitantes.
 
Los efluentes de la San Pablo tratados por esta planta ya no van a parar a los cuerpos naturales ni al mar. De esta manera, Aquapolo Ambiental no sólo abastece agua para un importante sector productivo sino que libera recurso para consumo humano y evita que componentes como los microplásticos.
 
 
 
Existe evidencia sólida como la presentada por el estudio "Occurrence of microplastics in raw and treated drinking water" de 2018 que muestran que la ósmosis inversa es altamente efectiva en la eliminación de microplásticos, logrando tasas de eliminación superiores al 99%. “Esto indica que, hoy en día, tomar agua de reúso es más sano que hacerlo de las botellas de plástico de provienen del supermercado” acotaron desde ALADYR.
 
Lo anterior parece una exageración, pero estudios han encontrado partículas de este compuesto en todas las aguas embotelladas del mundo. El paper "Synthetic polymer contamination in bottled water" muestra el análisis de 259 botellas de agua de 11 marcas diferentes en las que encontró una media de 325 partículas de microplásticos por litro. Los plásticos más comunes identificados fueron polipropileno, tereftalato de polietileno (PET) y nailon.
 

El escenario ideal

 
El mundo ideal por el que ALADYR trabaja es uno donde ni una gota de agua residual se va al océano sino que se aprovecha y con ello se evita la contaminación de ríos y océanos. Adicionalmente, para esas zonas costeras donde ni con el reúso se llega a satisfacer la demanda, usar la desalinización.
 
Algo parecido sucede en Israel donde el mayor abastecimiento – más de un 80% -  proviene de cinco plantas desalinizadoras. Una vez que esta agua es usada, lo efluentes no se devuelven al mar sino que se tratan nuevamente para ser usados en la agricultura.
 
 
 
Water Positive es la tendencia global que están adoptando grandes compañías para compensar su huella hídrica o gasto de agua en sus procesos y productos. Para ello emplean diferentes formas de generación de agua a partir de fuentes no convencionales, entre ellas, la desalación y el reúso de agua.
 
ALADYR consideró que esta tendencia puede masificarse en América Latina y brindó una ruta de aplicación que comienza en el mar identificando regiones costeras con alto potencial para el desarrollo de polos industriales, considerando factores que conjuguen la disponibilidad de agua de mar para desalinización, la necesidad de agua para agricultura en áreas circundantes y la proximidad a mercados clave.
 
Esta estrategia requiere trabajar en conjunto con las instituciones gubernamentales para desarrollar un marco de incentivos fiscales y financieros que fomente la inversión en tecnologías de desalinización y tratamiento de aguas residuales, así como en la creación de infraestructura industrial sostenible. A estos espacios de alta eficiencia hídrica y sostenible le llamaron Polos Industriales Water Positive.
 

Fuente aladyr.net


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