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Juan Marco: “Tras la riada de 1957, la reconstrucción de la ciudad supuso un arduo enfrentamiento entre los representantes locales y el Ministerio”


11/09/2018

Saneamiento urbano
Juan Marco: “Tras la riada de 1957, la reconstrucción de la ciudad supuso un arduo enfrentamiento entre los representantes locales y el Ministerio”

 

  • La “Riada de 1957” anegó la ciudad de Valencia causando al menos 81 muertos, además de cuantiosos daños materiales. Este suceso marcó el devenir y desarrollo de la ciudad, como se muestra en las exposiciones “La vulnerabilitat del patrimoni”, y “Sang, fang i silencis”, que se exhiben hasta el 14 de octubre en el Museo de la Ciudad y el MuVIM, respectivamente
 
El proyecto comisariado por Joan Mateu, catedrático de la Universitat de València, y Juan Marco, Catedrático de la Universidad Politécnica, ofrece una visión desconocida del evento, desde un punto de vista social, ingenieril y político, tal y como nos detalla el propio Juan Marco.
 
¿Qué encontrará el visitante en la exposición “Sang, fang i silencis”?
 
La exposición “Sang, fang i silencis” ubicada en el MUVIM, se podría dividir en tres partes. La primera corresponde al apartado “sang” y muestra la gestión realizada los dos días posteriores a la crecida, donde exponemos nueva documentación desconocida hasta estos momentos.  
 
La segunda parte se llama “fang”, dura dos meses y hace referencia a la limpieza de todo el fango que cubrió la ciudad. De hecho, se puede señalar que ésta fue la primera intervención civil del ejército en una catástrofe, convirtiéndose en el precedente de la brigada de emergencias.
 
Luego hay otro periodo que cubre el resto del año 57, y lo que es que algunos han llamado la batalla del dinero y nosotros hemos preferido llamarlo “Silencis”. En este período acontece un conflicto bastante importante y desconocido por la sociedad valenciana, que es la división en dos posturas enfrentadas sobre cómo se debía proceder a la reconstrucción de la ciudad.
 
Por un lado, se encontraban las autoridades locales, la burguesía y determinados sectores de la ciudad, que querían aprovechar la reconstrucción para modernizar València. Por otra parte, estaban los representantes y técnicos ministeriales que abogaban por salir del paso en una época de penuria económica. Fue tal el enfrentamiento, que acabó con la defenestración de las autoridades locales después de una serie de discursos reivindicativos, que incluye una manifestación en el Marítimo. ¡No debemos olvidar que estamos en plena dictadura!
 
¿Qué nueva documentación habéis encontrado?
 
Básicamente vuelos aéreos que no sabíamos que existían. Por ejemplo, un vuelo del ejército que se realiza 48 horas después de la riada y que se le muestra a Franco. Además, también se exponen las libretas y documentos restaurados del general Gómez-Villamón, que contiene el diseño del plan de limpieza para la ciudad.
 
En este sentido, la documentación refleja el trato preferencial que se le dio en las labores de limpieza y reconstrucción a la zona del puerto, ya que era el eje fundamental para la exportación.
 
Habláis de posturas enfrentadas en la reconstrucción, ¿qué opciones se plantearon?
 
Se plantearon dos opciones. Por un lado, estaba la “Solución norte” que consistía en rehabilitar el río, para lo que era necesario profundizar el cauce actual, quitar los puentes góticos y construir una presa de laminación, mientras que la otra opción era la “Solución sur” que significaba desviar el cauce del Turia a la zona sur de la ciudad, dotándolo de una capacidad que se calcula en 5.000 m³/s, además de otras obras menores de regulación del río.
 
La primera propuesta costaba la mitad que la primera y es en el aspecto económico donde radica el germen del problema que mostramos en la exposición. Finalmente, se aprueba la “Solución Sur” y la construcción de la presa que demandan las autoridades locales con un “peaje”: se cesa al alcalde, al director de Las Provincias y se tarda 10 años en empezar las obras.
 
¿Por qué destacáis que la gestión posterior del suceso fue determinante para el desarrollo de la ciudad de València?
 
Se aprovechó la catástrofe para reconstruir la ciudad y resolver problemas existentes como la supresión de los pasos a niveles y la reordenación de las vías de ferrocarril, entre otros aspectos. Se cambió por completo el urbanismo de la ciudad.
 
¿Era la “Solución Sur” una propuesta novedosa?
 
No. En la exposición mostramos como en 1943 un ingeniero plantea el desvío del río para poder ampliar urbanísticamente la ciudad, resolver el conflicto de los trenes y proceder a la ampliación del puerto, pero no le hacen ni caso. Él con sus propios medios, monta conferencias y charlas para mostrar su plan, pero subestiman su propuesta.
 
Tras la riada, Franco llega a la ciudad y los técnicos y autoridades se dan cuenta que no tienen ningún documento ni propuesta que enseñarle y aprovechan la propuesta de este ingeniero para mostrársela.
 
¿Qué encontraremos en la exposición “La vulnerabilitat del patrimoni”?
 
La segunda exposición tiene un carácter más propositivo. En primer lugar, debemos señalar que el concepto de patrimonio, tal y como lo entendemos en la actualidad, era diferente en aquella época. Por ejemplo, las casas del Cabanyal, las barracas de la huerta o los jardines de la ciudad no eran considerados patrimonio, ya que éste se circunscribía exclusivamente a los monumentos como los edificios nobles o iglesias.
 
En este sentido, en unas inundaciones el patrimonio sufre mucho, y en el caso de este evento, los diferentes jardines colindantes con el cauce quedaron destrozados. El barro estuvo meses y meses depositado en estos lugares. En la exposición se cuenta que la zona de la Alameda o el jardín de la Glorieta, están subidos de nivel ya que la reconstrucción se hizo sobre estos lodos, es decir, no se efectuó una reconstrucción ambiental.
 
Además, en esta muestra el visitante podrá visitar una sala dedicada a los pretiles y puentes donde comprobará que se restauraron bastante mal.
 
También existe otro espacio enfocado a los monumentos, y por último una sala para el patrimonio inmaterial donde se muestra el especial interés que hubo en restaurar las fiestas tradicionales, las fallas, la procesión del Corpus, los gigantes y cabezudos y de esta forma, subir la moral de la población y dar sensación de normalidad. De hecho, tras la tragedia se debatió si se deberían celebrarse las fallas, algo que para el gobierno o el arzobispo de la ciudad no tenía sentido.
 

Fuente www.asersagua.es


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