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¿Cómo determino cuando se debe realizar la limpieza de mi caldera?


24/09/2023

Equipos y soluciones
¿Cómo determino cuando se debe realizar la limpieza de mi caldera?

 

  • Depósitos en muestras de tubos

 

El método estándar para determinar el momento adecuado de realizar la limpieza química de una caldera es un proceso crucial para mantener su eficiencia y rendimiento óptimos.
 

Proceso DWD

 
Este procedimiento se basa en la obtención de una muestra del tubo de la caldera y la posterior medición de la cantidad de depósito acumulado, lo que se conoce como la densidad de peso de depósito o Determinación del Desgaste de los Depósitos (DWD, por sus siglas en inglés). Además de esta medición, también se lleva a cabo un análisis detallado de la composición del depósito.
 
La DWD es una métrica esencial que permite a los expertos en ingeniería y operación de calderas evaluar el nivel de acumulación de sedimentos, incrustaciones y otros residuos que se han depositado en el interior de la caldera a lo largo del tiempo. Estos depósitos pueden tener un impacto significativo en el rendimiento y la eficiencia de la caldera, ya que pueden reducir la transferencia de calor y provocar una disminución en la capacidad de generación de vapor.
 
El proceso de DWD se lleva a cabo con el objetivo de determinar el momento óptimo para realizar la limpieza química de la caldera, que implica la aplicación de productos químicos especializados para eliminar y disolver los depósitos acumulados de manera eficiente y segura. Al obtener una muestra del tubo de la caldera y medir la densidad de peso del depósito, los especialistas pueden evaluar la gravedad de la acumulación y la eficacia potencial de la limpieza química.
 
Además de la DWD, el análisis de la composición del depósito es una parte crucial del proceso. Este análisis detallado proporciona información valiosa sobre los componentes presentes en los depósitos, lo que permite a los expertos identificar las fuentes y tipos de residuos que se están acumulando en la caldera. Con esta información, se pueden tomar decisiones informadas sobre el tipo de limpieza química más adecuado y sobre las estrategias de prevención para evitar la acumulación futura.
 
En resumen, la Determinación del Desgaste de los Depósitos (DWD) y el análisis de la composición del depósito son elementos esenciales en el proceso de limpieza química de una caldera. Estos procedimientos permiten tomar decisiones bien fundamentadas para mantener la caldera en óptimas condiciones de funcionamiento, garantizando su eficiencia energética y prolongando su vida útil. La asistencia de expertos en ingeniería y operación de calderas es fundamental para llevar a cabo estos análisis y llevar a cabo las acciones correctivas necesarias para asegurar el rendimiento óptimo de la caldera en todo momento.
 
Es cierto que además de la DWD (Determinación del Desgaste de los Depósitos), existen otras condiciones y situaciones que requieren que la caldera sea sometida a una limpieza química. Estas condiciones son igualmente importantes y necesitan ser abordadas para mantener un funcionamiento óptimo y seguro de la caldera.
 

A continuación, describiremos algunas de estas condiciones:

 
Fallas causadas por la acción de la corrosión en presencia de depósitos, particularmente daño ocasionado por hidrógeno: La existencia de acumulaciones puede propiciar la corrosión debajo de ellas, lo cual puede resultar en fallos en el equipo. En estas situaciones, es esencial realizar una limpieza química exhaustiva para eliminar por completo los depósitos y así prevenir daños adicionales.
 
Existen dos escenarios principales de contaminación: eventos importantes de contaminación o múltiples eventos pequeños. En el caso de la caldera, la contaminación puede ocurrir principalmente debido a fugas en los tubos del condensador, lo que lleva a la acumulación de depósitos y aumenta su potencial corrosivo. Para prevenir fallos causados por la corrosión, es esencial realizar una limpieza química para eliminar tanto los depósitos como la contaminación antes de que puedan generar problemas más graves.
 
Así es, cuando se efectúa el reemplazo de más del 10% del área de superficie de la caldera con tubos nuevos, es imprescindible llevar a cabo una limpieza química. Esta acción se realiza con el fin de asegurar que se forme una capa uniforme de óxido en todos los tubos, evitando así problemas de rendimiento y corrosión. La limpieza química en esta etapa es de vital importancia para asegurar el funcionamiento óptimo de la caldera y prolongar su vida útil, mientras se previenen posibles daños causados por la corrosión y la acumulación de depósitos.
 
Si se realiza un cambio significativo en el tipo de combustible empleado o se efectúa una modificación relevante en los quemadores de la caldera, es probable que se produzcan alteraciones en el área de alto flujo de calor. En tales situaciones, es aconsejable iniciar con una caldera limpia para garantizar una transición eficiente y segura.
 
Si se decide cambiar el régimen de tratamiento químico, como pasar de un tratamiento completamente volátil a uno oxigenado, es crucial llevar a cabo una limpieza química antes del cambio. Esta medida garantiza una superficie limpia para el nuevo tratamiento y evita problemas de incompatibilidad entre los productos químicos utilizados.
 
En conclusión, además de la DWD, es fundamental estar atentos a estas otras condiciones y tomar las medidas adecuadas para mantener la caldera en óptimas condiciones de funcionamiento. La limpieza química se convierte en una herramienta esencial para prevenir fallos, mejorar la eficiencia y prolongar la vida útil de la caldera, asegurando un funcionamiento seguro y sostenible en la industria.
 
Determinar el momento adecuado para la limpieza química de una caldera es crucial para mantener su eficiencia. Se obtiene una muestra del tubo de la caldera y se mide la cantidad de depósito acumulado, conocido como DWD (Determinación del Desgaste de los Depósitos en inglés). Se realiza también un análisis detallado de la composición del depósito.
 
La DWD es una métrica esencial que permite a los expertos en ingeniería y operación de calderas evaluar el nivel de acumulación de sedimentos, incrustaciones y otros residuos que se han depositado en el interior de la caldera a lo largo del tiempo. Estos depósitos pueden tener un impacto significativo en el rendimiento y la eficiencia de la caldera, ya que pueden reducir la transferencia de calor y provocar una disminución en la capacidad de generación de vapor.
 
El proceso de DWD se lleva a cabo con el objetivo de determinar el momento óptimo para realizar la limpieza química de la caldera, que implica la aplicación de productos químicos especializados para eliminar y disolver los depósitos acumulados de manera eficiente y segura. Al obtener una muestra del tubo de la caldera y medir la densidad de peso del depósito, los especialistas pueden evaluar la gravedad de la acumulación y la eficacia potencial de la limpieza química.
 
Además de la DWD, el análisis de la composición del depósito es una parte crucial del proceso. Este análisis detallado proporciona información valiosa sobre los componentes presentes en los depósitos, lo que permite a los expertos identificar las fuentes y tipos de residuos que se están acumulando en la caldera. Con esta información, se pueden tomar decisiones informadas sobre el tipo de limpieza química más adecuado y sobre las estrategias de prevención para evitar la acumulación futura.
 
Estos procedimientos permiten tomar decisiones bien fundamentadas para mantener la caldera en óptimas condiciones de funcionamiento, garantizando su eficiencia energética y prolongando su vida útil. La asistencia de expertos en ingeniería y operación de calderas es fundamental para llevar a cabo estos análisis y llevar a cabo las acciones correctivas necesarias para asegurar el rendimiento óptimo de la caldera en todo momento.
 
Es cierto que además de la DWD (Determinación del Desgaste de los Depósitos), existen otras condiciones y situaciones que requieren que la caldera sea sometida a una limpieza química. Estas condiciones son igualmente importantes y necesitan ser abordadas para mantener un funcionamiento óptimo y seguro de la caldera.
 

A continuación, describiremos algunas de estas condiciones:

 
Fallas causadas por la acción de la corrosión en presencia de depósitos, particularmente daño ocasionado por hidrógeno: La existencia de acumulaciones puede propiciar la corrosión debajo de ellas, lo cual puede resultar en fallos en el equipo. En estas situaciones, es esencial realizar una limpieza química exhaustiva para eliminar por completo los depósitos y así prevenir daños adicionales.
 
Existen dos escenarios principales de contaminación: eventos importantes de contaminación o múltiples eventos pequeños. En el caso de la caldera, la contaminación puede ocurrir principalmente debido a fugas en los tubos del condensador, lo que lleva a la acumulación de depósitos y aumenta su potencial corrosivo. Para prevenir fallos causados por la corrosión, es esencial realizar una limpieza química para eliminar tanto los depósitos como la contaminación antes de que puedan generar problemas más graves.
 
Así es, cuando se efectúa el reemplazo de más del 10% del área de superficie de la caldera con tubos nuevos, es imprescindible llevar a cabo una limpieza química. Esta acción se realiza con el fin de asegurar que se forme una capa uniforme de óxido en todos los tubos, evitando así problemas de rendimiento y corrosión. La limpieza química en esta etapa es de vital importancia para asegurar el funcionamiento óptimo de la caldera y prolongar su vida útil, mientras se previenen posibles daños causados por la corrosión y la acumulación de depósitos.
 
Si se realiza un cambio significativo en el tipo de combustible empleado o se efectúa una modificación relevante en los quemadores de la caldera, es probable que se produzcan alteraciones en el área de alto flujo de calor. En tales situaciones, es aconsejable iniciar con una caldera limpia para garantizar una transición eficiente y segura.

 
 

Fuente www.ctp-environnement.com


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