Arboniés ya cuenta con una nueva depuradora que sustituye a las dos fosas sépticas anteriores. Finalizada en septiembre de 2024 y con una inversión de 371.758 euros, el proyecto fue presentado al ayuntamiento en 2021 por NILSA para su aprobación y recientemente ha sido visitada como exponente del trabajo que el Gobierno de Navarra está llevando a cabo en las localidades de menos de 100 habitantes para dotarles de sistemas de depuración y saneamiento con tratamientos secundarios, mucho más completos que las fosas sépticas.
 
El objetivo del Gobierno de Navarra es que “toda la ciudadanía navarra disponga de un óptimo sistema de depuración, independientemente de una baja densidad de población”, como es el caso de Arboniés, un concejo perteneciente al Ayuntamiento de Romanzado con 48 habitantes censados y una casa rural como emprendimiento local. Así lo ha subrayado esta mañana, el Director General de Administración Local y Despoblación, Jesús Mari Rodríguez, acompañado de la corporación de Arboniés y de personal de NILSA, la sociedad pública adscrita al Departamento de Cohesión Territorial del Gobierno de Navarra que es responsable de la depuración en Navarra.

 

Las dos fosas sépticas previas a la nueva depuradora se situaban al norte y sur de la localidad, vertiendo a los barrancos Sotomayor y De las dos canteras, respectivamente, y han sido derruidas. Ambos vertidos se han unificado a través de dos ramales que convergen en un único colector, construido en PVC y de casi un kilómetro de longitud. 

 

 

La instalación, que ha estado en fase de pruebas los últimos cuatro meses, está planteada para tratar una media de 22,75 metros cúbicos diarios (0,26 litros por segundo), pudiendo septuplicar esta cantidad en momentos puntuales (1,84 litros por segundo), improbable circunstancia a partir de la cual se colmataría. No se contemplan elementos electromecánicos, por lo que su consumo energético es nulo y la posibilidad de averías se reduce considerablemente. Además, se toman muestras del agua semestralmente para comprobar su calidad y el cumplimiento de la autorización de vertido.

 

La solución de depuradora visitada hoy se basa en un tanque, llamado Imhoff, que sirve para que decante la materia orgánica que transporta el agua residual y en el que se almacena la misma, para su posterior retirada. A continuación, el agua se transporta hasta un humedal artificial de flujo vertical donde pasa a través de la grava silícea que aloja en su interior. Su superficie es de 100 metros cuadrados y su profundidad de 0,8 metros. En el fondo del humedal se ha dispuesto una red de tuberías de drenaje, que recoge el agua ya depurada y la conduce hacia el punto de salida.  

 

Este tipo de solución ya se ha implantado en enclaves de similares características (baja densidad de población, aprovechamiento de la verticalidad del terreno y posibilidad de buen mantenimiento del humedal), como puede ser Meoz en el último lustro, o hace treinta años y de forma pionera, en la localidad de Garde, donde sigue operativo con un excelente rendimiento en la depuración del agua. 

 

En los últimos años, el Gobierno de Navarra, a través de NILSA y del Plan Director del Ciclo Integral de Agua de Uso Urbano 2019-2030, trabaja para que el 1,5% de la población que todavía dispone únicamente de fosas sépticas cuente con soluciones avanzadas de saneamiento. Es una de las tres líneas estratégicas de actuación de la sociedad pública para la próxima década, junto con la remodelación integral de depuradoras ya obsoletas o al límite de su capacidad, con más de veinte años de funcionamiento, como es el caso de Olazti/Olazagutía o Corella. Además de una tercera línea, enfocada a la gestión de la materia orgánica que resulta de la depuración, en sintonía con la recién aprobada Directiva de la Unión Europea sobre tratamiento de aguas residuales, que ha entrado en vigor el 1 de enero de este año, si bien su trasposición a los estados miembros está en elaboración, pero que ya plantea objetivos en este sentido para los próximos años.